miércoles, junio 22, 2011

Buscaba "El Chango" alianzas en Jalisco

Ciudad de México.- José de Jesús Méndez Vargas, "El Chango", ya estaba acorralado en las últimas semanas.

La guerra que inició con sus antiguos aliados de La Familia Michoacana diezmó sus filas al grado de olvidarse de su enemistad con Los Zetas para pedirles su apoyo, y buscar en Jalisco alianzas con "La Resistencia" o "Nueva Generación", a cuyos miembros persiguió en el pasado.

Pero el tiempo ya no le alcanzó a "El Chango".

A la muerte de Nazario Moreno "El Chayo", el 8 de diciembre en Apatzingán, "El Chango" reclamó el liderazgo de la organización, pues durante una década había sido el músculo del grupo criminal, encargado de corromper políticos y policías, y eliminar a sus enemigos en el mercado.

Pero según autoridades federales, ninguno de los otros mandos michoacanos quiso estar a sus órdenes, ni el maestro normalista Servando Gómez Martínez "La Tuta", ni el traficante Enrique Plancarte Solís "El Kike Plancarte", ni el publirrelacionista Dionisio Loya Plancarte "El Tío".

Méndez presumía ser el brazo operativo de un consejo de 12 "apóstoles" en la banda michoacana, los cuales eran mandos intermedios que tomaban decisiones colegiadas con "El Chayo".

Pero a diferencia de los otros miembros del grupo, "El Chango" no encajaba con la mezcla de negocios ilícitos y la prédica religiosa de otros jefes de La Familia. Él sólo era un narcotraficante y, cuando sus intereses se lo reclamaban, un asesino.

Por eso se quedó en solitario y La Familia anunció su disolución el 24 de enero pasado, dos meses después que ofreciera su desaparición al Gobierno Federal si garantizaba la paz en Michoacán. El problema fue que las diferencias entre él y sus antiguos socios pasaron a las balas.

A partir del 10 de marzo, cuando "La Tuta" y "El Kike Plancarte" anunciaron la creación de "Los Caballeros Templarios", como la organización heredera de Nazario Moreno, Michoacán ha vivido un baño de sangre por el pleito de este grupo contra "El Chango".

Un recuento hemerográfico establece que en los últimos cuatro meses fueron ejecutadas 64 personas en 15 municipios, de las cuales 49 eran gente de "El Chango" Méndez que fueron eliminadas apenas en los últimos 14 días. Y la guerra trajo desplazamientos en municipios de la Tierra Caliente.

La infantería de Méndez Vargas empezó a caer por todo el estado con una facilidad que obligó al capo a salir de Michoacán.

Las agencias policiacas tuvieron noticia de "El Chango", apenas hace una década, cuando Osiel Cárdenas Guillén lideraba el Cártel del Golfo, entonces un grupo compacto que integraba tanto a Los Zetas como a Nazario Moreno "El Chayo" y "El Chango" Méndez.

El compadre de Osiel, Carlos Rosales Mendoza "El Tísico", se estableció como jefe de plaza en Michoacán a principios de la década pasada y, por un conflicto personal con Armando Valencia "El Maradona", el Cártel del Golfo encomendó la eliminación y expulsión de los Valencia en el estado.

Esa tarea la cumplieron en 2002 Los Zetas que llegaron de Tamaulipas, así como "El Chayo" y "El Chango".

El 22 de octubre de 2002, Méndez Vargas fue detenido en Apatzingán, acusado de la ejecución de Sergio Méndez Magaña y Alfredo Valencia Álvarez, ocurrida el mismo día. Fue la única ocasión en que cayó en manos de la justicia, pero poco después quedó en libertad.

De "El Chango" volvió a saberse en 2008, cuando uno de sus escoltas fue detenido y para no ir a la cárcel decidió convertirse en el testigo protegido "Emilio". De este colaborador de la autoridad en buena medida deriva "El Michoacanazo".

El converso acusó a "El Chango" de dar sobornos a los ex alcaldes de Apatzingán, Genaro Guízar Valencia; Zitácuaro, Juan Antonio Ixtlahuác y de Ciudad Hidalgo, José Luis Villa Franco. También al comandante de la Policía Estatal, Ignacio Berber García.

Las acusaciones de "Emilio" y otro testigo con clave "Ricardo" alcanzaron al gobernador Leonel Godoy, pues aseguraron que "El Chango" y la cúpula de "La Familia" financiaron su campaña. Méndez, dijeron, le proporcionó 300 mil dólares.

Además de que todos los acusados rechazaron públicamente los señalamientos, el caso judicial fundado en los dichos de los testigos tampoco pasó la prueba de los tribunales y hoy ninguno de los más de 30 procesados está en prisión.

Al final de su carrera delictiva, Méndez Vargas dio muestras de su pragmatismo.

El mexicanólogo estadounidense George Grayson escribió en su ensayo "El Cártel de la droga de La Familia: implicaciones para la seguridad de México y Estados Unidos", que gracias a la influencia de Osiel sobre "El Chango", el año pasado éste envió varias células de La Familia a Tamulipas para combatir a Los Zetas.

Meses después, en el 2011, Méndez Vargas buscó a Los Zetas para que le ayudaran con sus nuevos enemigos michoacanos. Y también buscó en Jalisco a "La Resistencia" y "Nueva Generación", que tiene entre sus filas a varios de los familiares de los Valencia que "El Chango" persiguió y expulsó de Michoacán, 9 años atrás.
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