lunes, febrero 21, 2011

Relata ex sicario su vida delictiva

Brownsville, Estados Unidos.- Un hombre que aseguró haber pertenecido al crimen organizado relató al diario Brownsville Herald cómo era su vida de sicario dentro de un grupo delictivo, en el cual asesinó al menos a 32 personas y padeció adicción a las drogas.

"Antonio", que no es su nombre verdadero, relató al medio los asesinatos y tiroteos, las drogas y el dolor que son parte de la historia de su vida.

Portando un equipo de blindaje corporal y una máscara para camuflajear su identidad, el ex miembro de alto rango de un cártel es uno de pocos que han logrado dejar atrás su vida como sicario.

"Este chaleco no te salvará la vida. Muchos han estado usando su chaleco y aun así se mueren", dijo levantando su rifle de asalto.

"Antonio" dijo que aconseja a los jóvenes que desean una buena vida obtenerla con base en la educación.

"Y acérquense a Dios. Esta (vida de crimen) no es nada. Es como una fantasía que tiene uno en la cabeza, pero cuando ya la vives, sólo puedes llorar".

"Antonio" dejó la organización en el 2006. De acuerdo con él, los grupos delictivos han infiltrado las corporaciones policiales para poder llevar a cabo sus actividades ilícitas.

"Trabajé para el Gobierno, para la PGR, pero estaba involucrado con el narco", dijo.

"Cuando ya estás allí adentro, te dan órdenes que tienen que llevarse a cabo. Y si no eliminas (matas) a quien te enviaron a eliminar, tu propia gente te elimina a ti", mencionó luego de confesar que constantemente temía por la seguridad de su familia.

El alcohol, agregó, no proporcionaba el suficiente temple para llevar a cabo los plagios, torturas y ejecuciones que los jefes ordenban, así que él, junto con otros ejecutores, rutinariamente recurrían a la cocaína.

"La droga era para darte valor, porque la verdad es que sin la droga no haces nada", expresó.

"Nos decían bien claro a quién íbamos a levantar y de ahí tenías que ver y asegurarte bien porque también te dan tus 'tablazos' a ti, si tú matas a alguien que no es".

Al preguntársele si él había matado a alguien personalmente, "Antonio" dijo que sí, incluso reveló la cifra.

"A muchos, como a 32 personas y a muy pesados".

Los asesinatos, especialmente los desmembramientos, comenzaron a repetirse en su cabeza. Horribles pensamientos lo mantenían despierto durante la noche, relató. Después siguieron tres sobredosis con cocaína, junto con el distanciamiento de la familia a la que amaba.

Decidió pedirle a su jefe del cártel una manera de salir. El jefe estuvo de acuerdo, pero la salida generalmente no es una ruta fácil o exitosa.

La manera de salir de la organización incluía un número de labores de las que el ex sicario se niega a hablar, aunque sí dijo que tuvo que entregar todos sus bienes, sus carros, su dinero y sus armas.

"Yo era un muy buen amigo de (uno de los jefes superiores). Éramos como uña y tierra. Me dijo que si me iba, que saliera de la región y que me fuera a otra parte".

"Antonio" dijo que no está orgulloso del dolor que causó, ni por lo que hizo pasar a su familia y amigos.

"Si hubiera sabido lo que sé ahora, no lo hubiera hecho", dijo. "Es mejor vivir pobre, como mi viejo diría, comiendo huevos y frijoles, que vivir de esta manera".

Actualmente, permanece escondido, bajo constante temor, ya que sus enemigos todavía andan allá afuera, indicó.

Ahora es un cristiano devoto y cree que Dios es la única razón por la cual todavía está vivo.

"Mi corazón está limpio y quiero vivir en el camino correcto", externó.
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